Después de 3 días en Kasane, desmontamos el campamento para seguir hacia la siguiente parada en nuestra ruta. Esta vez, prácticamente en el centro de Botswana, la pequeña localidad de Maun.
Lo primero que necesitabamos hacer era llenar al máximo los depósitos de gasolina. En el camping, nos avisaron de falta de suministro en muchas gasolineras durante días, así que no queríamos correr ningún tipo de riesgo.
Los trileros de la gasolinera
Todas las gasolineras que hemos visitado hasta el momento, que no son pocas, tienen la misma costumbre de llenar el depósito hasta que no entra ni una gota más. Dejan la manguera funcionando, hasta que hace tope. Después de eso, siguen llenando poco a poco hasta que el líquido desborda por el agujero. Incluso a veces al poner el tapón, la gasolina cae al suelo porque no hay espacio para las dos cosas.
A unos 70 kilómetros de salir de Kasane nos encontramos un pequeño pueblo con una gasolinera. Llenamos hasta que se derramó por el lateral, pero cuando fuimos a pagar, el hombre que nos atendió nos dice que no tiene cambio. No teníamos monedas, y tampoco queríamos dejarle tanto dinero de “propina”. Nos ofreció la posibilidad de ir a la tienda de la gasolinera a cambiar dinero, pero advirtiendo que sólo lo harían si antes les compramos algo, que listos !!!
No queríamos hacer compra en la tienda, así que volvimos a insistir en nuestra escasez de monedas. Nos fastidiaba, porque el hombre llenó tanto los depósitos que prácticamente el litro que se fue por el lateral, era la diferencia de precio que necesitábamos en monedas. Finalmente, tras un rato de discusión, dos hombres que estaban presenciando la escena dijeron que pagaban la diferencia. 10 Pulas = 1 Euro y nos desearon buen viaje.
Hay alguien ahí?
De camino a Nata tuvimos que atravesar otra valla de seguridad, donde repetimos la operación de limpiar todo el calzado y las ruedas de los coches. A nuestro lado, varias personas de una organización internacional contra el VIH siguen el mismo protocolo que nosotros. Botswana es el país del cono sur Africano con una de las esperanzas de vida mas baja, en torno a los 35 años. Tienen también un alto indice de portadores del VIH. El gobierno está haciendo muchos esfuerzos y reinvirtiendo los beneficios del turismo en aumentar la calidad de vida y ofrecer servicios sociales. Como no lo pueden hacer todo solos, tienen la ayuda de ONG’s.
Mientras descansábamos un poco sentados a la sombra, un italiano nos preguntó si lo podíamos llevar hasta Kasane. Lamentablemente para él, nuestra ruta era en sentido opuesto. La distancia entre Nata y Maun, son casi 300 kilómetros por una carretera tremendamente aburrida, vacía y sin ningún contenido más que matorrales bajos y planicie hasta donde se junta el cielo con la tierra. Para matar el aburrimiento, y como los cd´s de música ya nos los sabemos todos de memoria, desviamos la conversación hacia juegos de ordenador, Películas, etc ..
Durante horas circulamos por la carretera completamente solos. Como si fuéramos los únicos supervivientes de algún tipo de catástrofe global …
Llegan las malas noticias
Una vez llegamos a Maun, buscamos la ubicación del camping. Pero antes de nada, almorzamos unas hamburguesas caseras que nos supieron a gloria. Con las energías renovadas y la barriga bien llena, pasamos por la recepción para saber en qué parcela nos iban a instalar. Después de la noche con los hipopótamos ya no nos fiábamos de casi nada. También preguntamos sobre qué tipo de actividades podíamos hacer alrededor del Delta del Okavango.
La situación se complicó y de qué manera al preguntar por las actividades. Es imposible entrar en el Parque Nacional de Moremi sin un vehículo 4×4, que nosotros no tenemos, porque como ya sabéis (enlace al post) nos engañaron en el aeropuerto de Johanesburgo. El precio de los safaris privados empiezan en 1600 Pulas -160 Euros por persona.
La única posibilidad que teníamos era alquilar un 4×4 en la oficina de Avis más cercana y después tratar de pasar la factura para que Europcar Sudáfrica nos efectuara el reembolso. Así que mientras Jorge y David se iban al pueblo para buscar la oficina de alquiler, el resto nos quedamos en el camping. Allí conocimos a un español que llevaba casi dos meses haciendo una ruta por libre por las mismas zonas que nosotros. Tuvo hasta la suerte de conseguir una entrada para la final del Mundial de fútbol en Sudáfrica.
El regreso de Jorge y David no fue el esperado. La oficina de Avis estaba cerrada y además tampoco tenían coches disponibles. En otra empresa cercana sí que había disponibles, pero los precios eran tan prohibitivos que si lo alquilábamos, nos quedábamos sin dinero para el resto del viaje. Sin otra posibilidad, y con escasas esperanzas, volvimos a la recepción del camping para preguntar el precio de excursiones, posibilidades, etc.
Sobre la situación geográfica de Maun, está situada en el extremo sur del Delta del Okavango, y a un par de horas del parque de Moremi. Los meandros del río, las zonas más interesantes, están a bastante distancia. Es prácticamente imposible acceder a ellas y regresar en un solo día.
Las actividades que se pueden hacer son increíbles. Los precios también, pero en el sentido contrario, porque por ejemplo, un viaje en avioneta, sobrevolando el Delta del Okavango cuesta 4500 Pulas – 450 Euros. Sin un vehículo 4×4 las opciones de hacer cosas por nuestra cuenta se quedaban prácticamente en ninguna. Incluso barajamos la posibilidad de continuar el viaje al día siguiente, abandonando Maun. Lo que no puede ser, no es y punto.
Salvados por la campana
Después de un buen rato buscando opciones en la recepción del camping, salió de su oficina el gerente, un hombre blanco (lo opuesto habría sido una sorpresa) y se ofreció para conseguir un 4×4 a través de un amigo suyo que los alquila. Estoy convencido de que tuvo que escucharnos desesperados y que le dimos mucha pena. Después de agradecérselo mil millones de veces, hizo un par de llamadas y el trato era el siguiente: un 4×4 para seis personas, sólo por un día y al precio de 1200 Pulas -120 Euros.
Hay ocasiones en que todo sale bien o todo sale mal. Esta vez llevábamos una tarde de locos, pero en apenas quince minutos todo se solucionó de una forma rapidísima. Unas personas habían cancelado su paseo en barca por el Okavango para la mañana siguiente. El gerente nos ofreció esas plazas, así que en apenas un rato ya teníamos el plan completo para los próximos tres días de estancia en Maun.
Nuestra primera noche en este camping reafirma nuestras ideas de que estos establecimientos muy preparados, incluso muchos a un nivel mejor que en cualquier punto de España. Tienen muy bien organizado el tema de los servicios, las zonas particulares para cada campista e incluso una mesa con sillas para poder cenar sin problemas. A pesar de ser una zona super turística, el precio es muy inferior a lo que podríamos pagar por un camping en España.
Ha sido un día de nervios, de tomar decisiones en grupo e incertidumbre. Al final todo ha salido bien. Que todos los problemas sean no tener un 4×4 para hacer una ruta.