Teníamos todo planeado para pasar el día visitando el Parque Nacional de Chobe. Digo teníamos, porque cuando llegamos a la puerta, el guarda nos avisó de que sin un vehículo 4×4 no podíamos acceder. Por lo tanto, el madrugón de levantarnos a las seis no sirvió para nada, volviendo al camping sin saber muy bien que hacer.

Nuestro campamento se encontraba en una zona de árboles repleta de pájaros, que nos despertaban con sus cantos nada más salir el Sol.
Por la mañana varios facóqueros (Pumba par los amigos) paseaban entre las tiendas buscando raíces y sobras de comida.

Alguien nos lleva de Safari?

Más tarde, a una hora ya prudente, nos acercamos a la recepción del camping. Preguntamos si había alguna posibilidad de hacer una excursión por el parque y que precios tenían. Nos ofrecieron un precio y unas horas que no nos terminaban de convencer. Pero como en este mundo todo es oferta y demanda, fuimos a ver que nos ofrecían en el lodge que está pegado a nuestro camping. Logramos a buen precio un coche con guía y la entrada al parque incluida, además de poder elegir nosotros la hora de la visita. 

Jorge habla con el guía mientras el resto permanecen atentos a las explicaciones sobre en que iba a consistir nuestra ruta.

A las tres en punto, el guía nos estaba esperando en el sitio acordado. Nos avisó de que tenía que ir a buscar a su novia porque también se la llevaba al paseo. Por el mismo precio tuvimos un paseo por Kasane hasta que llegamos a la puerta de la casa de la chica. En la entrada del parque nos encontramos con un autobús lleno de niñas que iban a hacer una excursión con el colegio.

Estas niñas escolares nos saludaron cuando nos vieron aparcar junto a su autobús. Ni las 11 horas de camino entre la capital de Botswana (Gaborone) y Kasane les quitaban la sonrisa.

Caminando entre animales

Ante la pregunta del guía de que tipo de animales queríamos ver, le respondimos que Rinocerontes, Leones, etc. Su respuesta no fue la esperada por nosotros…. No hay rinocerontes en el parque y los leones se pueden ver pero sólo de vez en cuando, igual que las hienas. En compensación nos dijo que veríamos Elefantes, Jirafas, Cocodrilos y todo tipo de herbívoros.

Un numeroso grupo de jóvenes machos de Antílope se alimentan tranquilamente mientras nosotros pasamos a su lado.

Durante la ruta, cada vez que nos cruzábamos con algún animal, el guía iba paraba el coche. En un tono de voz muy suave, nos explicaba cosas curiosas e interesantes acerca de la fauna del parque y de la región de Chobe. 

Poco a poco nos fuimos aproximando a la zona del río, el mismo que recorrimos en barco el día anterior. A medida que nos acercábamos al agua, el número de Cocodrilos era mayor. Los podíamos ver en la orilla, tomando el Sol relajadamente pero con un ojo siempre abierto.

Los Babuinos pasean por la orilla del río a sus anchas, sin temor a los cocodrilos…
Los varanos también aparecen, pero son más esquivos

No te muevas, tienes un elefante detrás…

Fue en esa zona donde vivimos un momento de tensión pero a la vez sorpresa. Cerca de nuestro coche, detrás de una zona de árboles apareció una manada de Elefantes. Paramos el coche inmediatamente, e incluso muy muy despacio el guía dio marcha atrás para tartar de pegarse lo más posible, dentro de una distancia de seguridad. Mientras disfrutábamos en silencio de ese increíble momento, nos iba explicando como se organizan las familias, quién manda en las manadas o a que edad un elefante se independiza de su madre. Cuando nos dimos cuenta, estábamos casi rodeados por varios ejemplares adultos, entre ellos una hembra que estaba a apenas un metro escaso hasta el coche.

Nunca me imaginé estar tan cerca de un Elefante en libertad. Esta hembra lleva una cría pequeña a su lado

Manteniendo la calma y en absoluto silencio, la hembra de Elefante se mantuvo a nuestro lado durante varios minutos hasta que finalmente siguió el camino del resto del grupo. El guía estaba bastante tranquilo. A esta hora del día con el Sol en lo alto, los Elefantes caminan en un estado de semi letargo, con los ojos medio cerrados. Fuimos un obstáculo más en su camino, nada mas….

Fueron minutos de tensión. Estaba tan cerca de nosotros que la escuchábamos respirar perfectamente.

El resto del día nada tuvo que ver con la tensión y la situación anterior. Muchos herbívoros, como Sprinboks, Kudus, Antílopes, etc. También pudimos ver bastantes Jirafas.

Una hembra de Kudu come tranquila mientras unos pajarillos le hacen limpieza de insectos y bichos en la espalda. Trabajo en equipo!!!

 

Esa cerveza es tuya? Te la vas a beber?

Hicimos un descanso de apenas cinco minutos en una zona de la orilla del río libre de cocodrilos. Después volvimos a hacer el recorrido a la inversa, para salir del parque y regresar al hotel.

A partir de ese momento, la novia del guía se autoproclamó la reina de la fiesta y nos dejó a todos con la boca abierta. Durante el primer tramo del viaje, fue sentada en la última fila sin apenas hablar ni decir nada. Pero tras el descanso se sentó delante y entre bache y bache, se bebió 3 cervezas en menos de 10 minutos. Tenía una habilidad sobre humana para abrir la nevera portátil, beberse la cerveza, aplastar el bote con una sola mano, e inmediatamente después volver a repetir la operación.

road trip por el Sur de África
De regreso nos encontramos con bastantes jirafas escondidas entra los matorrales. No se dan cuenta de que es fácil encontrarlas porque se le ve la cabeza por encima.

En constante alerta, cualquier mínimo movimiento les hace levantar la cabeza y prestar mucha atención por si tienen que escapar a la carrera. 

Volvimos al lodge con el atardecer ya avanzado. Cenamos unas latas de albóndigas con pasta que llevaban casi desde el primer día con nosotros. Acabamos un día relativamente tranquilo en la terraza, bebiendo una cerveza y jugando a la pocha.

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