Quien quiere un despertador cuando un único coche puede levantar a todo un camping con su alarma durante un minuto antes del amanecer? Pues así empezaba el día más esperado desde que comenzamos este viaje. 

El objetivo del día era brujulear por todas las rutas posibles del parque. En la puerta norte, en el otro extremo, teníamos la noche de camping. A escasos metros de la valla que protege el recinto, un grupo de Springboks nos daban los buenos días. Detrás, otro grupo bastante más grande de cebras, pacían los escasos tallos verdes que encontraban a ambos lados de la pista. Cortándonos el paso por momentos, obligándonos a parar, apagar el motor y esperar a que se decidieran a cruzar.

Con S de Safari

Sin duda iba a ser un día para tomarse las cosas con mucha calma. Lo cual no era problema, porque estábamos justamente en el lugar que habíamos soñado cuando empezamos a hablar de un viaje a Africa: En el centro de una reserva, llena de animales salvajes viviendo libremente a nuestro alrededor.

En la primera charca donde paramos no encontramos agua, pero si un gran grupo de cebras haciéndose compañía.

Las señales de tráfico y las normas del parque recomiendan y prohíben pasar de 60 kilómetros por hora. El riesgo de accidente por colisión con un animal es altísimo. A pesar de eso, la mayoría de la gente no las respeta y nos adelantan a velocidades muy superiores. Una actitud que no terminamos de comprender, porque se supone que vienen al parque para ver animales, pero circulando a 100 km/h, poco los van a poder disfrutar.

Como un aviso de lo que nos íbamos a encontrar varios ejemplares de Oryx y Kudu salieron a nuestro encuentro.
La velocidad tiene que ser muy baja, porque en Etosha no hay semáforos !!!!

Tras un pequeño desvío para desayunar tranquilos, volvimos a la pista principal. Nos cruzándonos con Cebras, Springboks, y pequeños animales que no logramos ver porque se esconden entre los matorrales. Hasta que en otra entrada lateral, una decena de coches parados nos indican que allí hay algo interesante. Una chica nos hace señas con la mano, entendemos que hay 2 leones, pero por mucho que buscamos, no aparecen por ningún sitio, hasta que logramos encontrarlos, a 200 metros de distancia!!.

Muchas personas llevan cámaras con teleobjetivos enormes. Para los pobres que viajamos con un 300mm, son simplemente sombras.

Situado en la parte central del parque, hay otro camping, una tienda de recuerdos, baños, etc. Estos recintos están completamente protegidos por unas vallas que impiden a los animales acceder. Por supuesto siempre hay un riesgo y si un Elefante decide que quiere pasar, no habrá nada que se lo impida, pero por lo general son zonas seguras.

He visto un lindo gatito

Entre el centro del parque y la puerta norte, hay oficialmente 60 km de distancia. Que realmente pueden ser todos los que quieras que sean, dependiendo de cuantas vueltas y caminos recorras buscando animales. En esta época de temporada seca, el parque es un auténtico laberinto de caminos que se van cruzando entre ellos. En muchas ocasiones hay que tener cuidado de no perderse o saber orientarse, porque no siempre regresan a la pista principal. 

Seguir a un grupo de animales y perder la noción del tiempo o de la ubicación es lo más fácil del mundo aquí.

Siguiendo la pista, volvimos a pararnos porque había varios coches en el arcén, suponíamos que había algo. Los seis revisábamos una y otra vez en los arbustos, los árboles, sabiendo que fuera lo que fuera, no podía estar muy lejos, hasta que lo encontramos. Entre las ramas de un árbol, colgaba la cola de un Leopardo, un Leopardo!!! Con un poco de trabajo y la ayuda del zoom de la cámara logramos ver cómo dormía tranquilamente.

Conocedor de todo el lío que se estaba montando a su alrededor, abría los ojos, supervisaba la distancia, movimientos.Volvía a cerrarlos otro par de minutos, siempre alerta.

Ha sido mucha casualidad y suerte encontrarnos el leopardo. No son animales muy dados a dejarse ver a la luz del día. Mucho menos subido a un árbol cerca de la pista, así que desde ese momento ya no sólo atendíamos a los lados, sino también intentábamos revisar los árboles cercanos. No volvimos a tener éxito…  

En una zona de árboles y mucha vegetación, varias jirafas se cruzaron en la pista. Por supuesto, paramos inmediatamente para disfrutar en silencio del momento. En apariencia, son animales muy tranquilos y también desconfiados. Así como las cebras o Springboks permiten acercarse mucho más, las jirafas en cuanto perciben el mínimo movimiento o ruido, regresan a la zona de vegetación para esconderse. Pobres ilusas, la altura de su cabeza las delata.

Un Ñu de andar pausado busca algo que comer….
Siempre es divertido pararse a ver como beben las jirafas. 

Una merienda felina

En uno de los últimos caminos antes del camping, una caravana de vehículos bloqueaba la pista. Cuando llegamos al centro de la retención, un fuerte olor nos hizo subir las ventanillas por completo. Allí encontramos una jirafa muerta, ocupando casi todo el ancho de la pista. En un principio pensamos que quizás había sido atropellada por un 4×4, pero unos ingleses nos hicieron señales hacia una zona con árboles. Tumbada a la sombra, estaba la razón de la muerte de la jirafa: una leona durmiendo la siesta como si no hubiera un mañana. 

Triste final para la jirafa….

Como la charca a la que íbamos estaba totalmente seca (como todas en esta época), volvimos sobre nuestros pasos para fotografiar otra vez a la leona durmiente. Desde dónde paramos el coche, se veía como a la jirafa estaba completamente devorada por los leones. Se habían dado un festín a cuenta del pobre animal. 

Durmiendo a la sombra con la barriga llena.

Desde donde estábamos casi la podíamos escuchar roncar.

En el otro lado de la pista, el compañero de merienda de la leona. Un gran león de larga melena, descansaba bajo la sombra de un frondoso árbol. Así pues, volvimos a tener suerte como con el leopardo, pudiendo ver algo muy común en la naturaleza, pero a la vez muy difícil a simple vista.

El león, todavía con restos de sangre alrededor de la boca también dormía.Pero ante tanto revuelo de coches y gente se levantó a ver que pasaba..


Mayordomos Vs Frontales

El resto del día lo pasamos rodeados de cebras, sprinboks, kudus, oryx, etc. Llegamos al camping bastante satisfechos con todo lo que habíamos visto. Pero después de once horas metidos en los coches, pista arriba, pista abajo, teníamos ganas de poder estirar las piernas. 

El camping de Namutoni tiene más y mejor publicidad que el de Etosha, pero en líneas generales no se pueden comparar. Como siempre que podemos, hemos escogido una parcela que está cerca de baños y duchas. Casi todos los días, por un motivo u otro, no tenemos luz en nuestra zona; ayer no hacía buen contacto la llave, hoy no funciona la bombilla. El caso es que vamos variando de camping pero una cosa no cambia: somos los únicos que cenamos siempre con un par de frontales, intentando encontrar los macarrones en el plato…

Este lodge, igual que otros que hemos visto, está muy bien. Todos tienen sus detalles y servicios para el cliente que se aloja. Pero para los que eligen camping la cosa cambia: las zonas destinadas a las tiendas están bastante alejadas, los servicios son los últimos en limpiar. A veces incluso la zona de acampada es externa al recinto. 

En este caso se da algo parecido. El camping está en un lateral del recinto, muy lejos de las habitaciones camufladas entre troncos de madera, con mayordomo y otros servicios ofertados. El único nexo de unión entre los campistas y huéspedes es el paseo de madera que une las casas de madera y el mirador de la charca.

El cielo nos regala otra puesta de Sol espectacular, ya hemos perdido la cuenta de cuántas llevamos.

Precisamente la charca es bastante más pequeña que la de Okakuejo, el mirador también es reducido. Los únicos animales que podemos ver, son cientos de miles de pájaros que viven en los juncos cerca del agua. Después de montar las tiendas, regresamos al mirador pero lo único que pudimos ver fue a una familia patos disfrutando de la charca en soledad.

Habíamos tenido suerte durante todo el día, la lotería solamente toca una vez…

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