Día 23

21/8/09

Como el tiempo por las mañanas no acompaña nada ( siempre hay niebla y las temperaturas son bajas), decidimos cambiar el plan e ir a primera hora a comprar a un oulet gigante que hay en una zona de Los Angeles, a tan sólo 25 minutos de nuestro hostel, pero que dándo vueltas con el coche tardamos casi 2 horas….

Nos dimos 3 horas para que cada uno se organizara como quisiera y comprara lo que le apeteciera. El sitio es algo así como un parque temático de ropa: un complejo enorme con calles bastante grandes y lleno de tiendas a ambos lados. Se puede encontrar ropa para todos los gustos, desde Calvin Klein, Levi´s, Adidas, Puma, o Vans, DC, etc , etc .

Nos quedamos a comer allí dentro, en una zona con pequeños restaurantes de comida rápida y una zona común para sentarse y comer a la sombra.

El mayor problema de comprar aquí cosas no es el precio, que en este sitio están muy baratas algunas cosas, el gran problema viene después cuando hay que meterlo todo en la maleta para volver a casa. En mi caso más problemático aún, porque yo no puedo volar de Madrid a Vigo con 2 maletas sino pago un plus, y así el negocio de comprar barato ya no es tanto.

Rematado el ejercicio de hiper-consumismo, nos volvimos a Santa Mónica para ahora sí, darnos por fin el esperado baño en el Pacífico y pasear por la playa de los famosos vigilantes. Aunque el mar estaba bastante sucio y revuelto, los tres intrépidos del grupo ( Fran, Tamara y un servidor ) entramos a probar las particularidades del Océano, mientras el resto se quedaban en la orilla como los jubilados, mojándose los pies solamente.

En el muelle de Sta.Mónica hay un mini parque de atracciones, con montaña Rusa, noria, hinchables, tiendas, restaurantes, etc. Ver para creer…..


Imposible era marcharnos de aquí sin por lo menos intentar sacarnos una foto en la caseta de los vigilantes. Así que como seguramente el 90% de los turistas que vienen hasta aquí, nos sacamos la fotografía con una socorrista muy simpática y las chicas hicieron lo propio con dos hombres que hablaban un poco de español.

Momento foto de todo el grupo en una de las casetas de vigilantes que abarrotan las playas de Sta.Mónica y alrededores.


Justo después de la sesión foto, Jorge tuvo el momento de inpiración que le da todos los días, y con una bolla de plástico del socorrista, escenificó un rescate en toda regla: paseo por la playa con la bolla, mano en la frente tapándose el Sol, rodillas flexionadas, carrerita hasta el agua y chapuzón incluído.Los socorritas y la gente que estaba tranquilamente en la playa se morían de la risa….

Seguimos paseando y atravesamos el muelle por debajo, donde están todas esas columnas de madera que tantas veces hemos visto en series, peliculas, etc. Después nos encontramos con otra estampa tan peculiar: los grupos de cachitas haciendo ejercicio y enseñando músculo en las barras, argollas, cuerdas,etc que hay habilitadas cerca del paseo de la playa. Teníamos idea de que a la par que los cachitas hacían por moldear su cuerpo, las chicas » de buen ver » en bikini patinaban por el paseo, pero la segunda parte no nos la encontramos por ningún lado.

Obviamente, sólo cuando baja la marea se puede cruzar la playa por debajo del muelle. No es la mejor foto del mundo, pero algo es algo..


El paseo es enorme ( tiene kilómetros ) pero como era tarde y queríamos ver la puesta de Sol, pedimos a unos chicos un balón de Volley y jugamos un partidillo en uno de los muchos campos que hay allí montados. El restultado del partido es indiferente, lo importante es lo que nos pudimos reir, sobre todo viendo a Tamara intentando al final darle al balón con el pie…..( no ha nacido para el fútbol ).

Nos quedamos en la playa contemplando la puesta de Sol. Nunca había visto un cielo tan rojo oscuro como aquí. No el típico color naranja que suele ser común, es un tono casi parecido al rojo de la sangre.

El cielo en la puesta de Sol, sobran más comentarios.

Caseta de vigilantes con el 4×4 a su lado, dispuestos para marcharse cuando ya casi no había luz.


Cuando el día se acabó y llegó la noche, subimos al Pier a cotillear entre las atracciones de feria que tienen instaladas y cenar algo en alguno de los puestos de comida que allí hay. Y como el clima de aquí ya no es el del interior, a eso de las 23:00 ya empezaba a hacer frío, nos volvimos al hostel.

Nos queda ya un día menos, por desgracia…

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