Día 16
14/8/09
Con algo de pena abandonamos nuestro camping con Spa de 6$ por persona y día para seguir con nuestra ruta, destino a Bryce Canyon. La distancia de unas 200 millas que recorrimos con nuestro coche seco de gasolina, porque la carretera está completamente deshabitada, sin casi ningún tipo de viviendas o áreas de servicio.
Al llegar a nuestro destino hicimos el registro en la oficna del camping, ( que nos volvió a salir barato, 40$ por todo ) montamos las tiendas en las parcelas y nos volvimos al centro de operaciones del camping, donde encontramos un cartel de un Rodeo. Como el hambre apretaba, entramos en el único sitio de toda la zona donde servían comida….un Subway…..
Viendo que la hora se nos echaba encima, nos pusimos en marcha para poder vivistar los puntos más destacados del parque con la mayor rapidez posible. En la zona más alta de todo el parque y la zona llama como Anfiteatro, hay un sendero que baja con grandes pendientes a una zona superbonita ( como repite a diario Tamara ) con unos colores naranjas y unos pasillos entre acantilados inmensos. Parece complicado bajar con las sandalias por semejantes pendientes de tierra, pero poco a poco todo se consigue. Es curioso, porque justo en la zona más baja del acantilado, han nacido unos árboles que han crecido todo lo necesario para poder obtener luz con la que alimentarse.
Este parque ha sido una sorpresa, por lo menos para mí.Tenía poca información sobre él y la verdad es que el contraste de colores y picos es muy llamativo. Hasta ahora, es imposible elegir cual es el mejor lugar o el que más ha gustado, porque cada uno es completamente diferente del anterior, no tienen nada que ver.
Un par de miradores y visitas más, y nos volvimos al camping porque a las 19:00 empezaba el rodeo del que teníamos entradas. Un sitio pequeño ( ni de lejos se parecía al de Cody ) pero al fin y al cabo era un rodeo. Para nuestra desgracia fue una auténtica verguenza y los primeros 80$ perdidos del viaje….
El rodeo en sí, era un espectáculo con niños, ovejas y alguna vaquilla. Al resto de turistas ( en su mayoría italianos) les parecía el mejor espectáculo del mundo, pero a nosotros una estaba y una mentira. Intentamos hablar con el encargado,dueño, etc antes de que terminara para intentar recuperar por lo menos una parte de nuestro dinero. En la caseta de madera donde contaban billetes de dólar como mi abuela cuenta garbanzos, nos ofrecieron un folio en blanco como libro de reclamaciones… Al final nos marchamos indignados después de que Tamara ( la marrullera del grupo ) les dijera cuatro cosas bien dichas.
Con nuestro enfado a flor de piel, nos plantamos en la recepcion del edificio principal del complejo ( tienen hotel, tiendas, oficina del rodeo, etc ) intentamos poner una reclamación por el triste espectáculo, pero la tipa que allí trabajaba se lavó las manos y nos remitió al mostrador del hotel para hablar con el encargado. Después de un buen rato escuchando que el hombre no estaba, y que no se podía hablar con nadie que mandara en el tema del rodeo, por fin apareció detrás del mostrador para contarnos más de lo mismo.
Según su versión, un «rodeo country» (como se llamaba lo que acabábamos de presenciar), es tal cual así, y hoy hemos tenido mala suerte porque justamente ha sido el día en el que actuaban los niños………. Se estaban riendo a nuestra cara y no podíamos hacer nada por evitarlo.
Volvimos a pedir la hoja de reclamaciones y el «jefecillo de turno» nos entregó un folio en blanco y puso la cara de tonto que tan bien sabía poner….hartos ya de tanto cachondeo le pedimos un papel oficial para poner una reclamación legal y como si no tuviera bastante con la broma, nos entregó un papel con el membrete del hotel como papel oficial…
Ante nuestra insistencia y que el tono de la conversación iba subiendo a pasos agigantados, nos invitaron a llamar al Sheriff para comentar la situación y ver quien tenía razón…En ese momento decidimos darlo por imposible y evitar más problemas, porque segurlo que los hubiéramos tenido…
Esa noche, y para eliminar tensiones, hicimos unas cuantas millas para cenar en un restaurante de un pueblo cercano. Pizzas para todos y a dormir con la barriga llena.