Día 14
12/8/09
Justo antes de que el despertador de Tamara nos sorprendiera con el «Que bonito mi patito», el calor nos obligaba a ponernos en marcha tan sólo 5 horas después de habernos acostado, y es que a las 9:00 el Sol ya nos estaba reclamando.
A pesar de que han sido pocas horas de descanso, el cansancio no es tan grande. Eso sí, esta noche si que he pasado algo de frío, y es que este saco de Decathlon que me he comprado….deja bastante que desear, creo que el anuncio de la tele lo han grabado en un estudio, porque como para dormir a la intemperie….
Para no ir rompiendo costumbres, desayunamos en una gasolinera, unos cafes con bollos para poder entrar en el parque con el estómago lleno. Como nuestro camping está sólo a 2 millas de la entrada, no hemos tenido problemas de llegar tarde, tráfico, etc.
Una vez dentro, en el centro de visitantes nos orientaron sobre lo que podíamos visitar en un sólo día, y entre eso y el libro de ruta del parque, organizamos el día.
La siguiente parada fue en Balance Rock, esa roca enorme que se soporta en equilibrio encima de otra mucho más pequeña, da la impresión de que en el momento que alguien le sople se vendrá abajo.
La carretera y todo el parque en general recuerdan a los dibujos del Coyote y el Correcaminos. Con esos picos de roca a lo lejos, la vegetación baja y la carretera que transcurre entre largas rectas y cerradas curvas entre las rocas.
A mediodia el calor aprieta, y como en este parque no hay muchos puntos de agua, nos tenemos que pasar el día bebiendo agua caliente. Hay un par de rutas para visitar los arcos más importantes como el Double Arch o las ventanas. Pero la más larga y complicada es la que hay que hacer para llegar hasta Delicate Arch. Un trayecto de 45 minutos para subir y otros tantos para bajar, unido al calor, y a la hora en que subimos ( mediodía ) hacen que haya que tomárselo con calma y beber mucha agua.
El Delicate Arch es un arco en el borde de un precipicio. Justo debajo del barranco hay una zona enorme con más vegetación baja y piedra pulida. Llegar hasta el arco para sacarse la foto es divertidísimo, desde la otra parte, da la sensación de que la persona está justo en el limbo con el precipicio, pero realemente allí hay casi 1 metro de ancho.
Después de un montón de fotos, de grupo, solitarias, paisajes, etc empezamos la bajada hacia el aparcamiento, como poco son necesarios 25 minutos para descender.
Ante el cansancio acumulado, hambre y sed nos paramos a comer unos mini-sandwiches de algo parecido a una tortilla francesa, que compramos en una gasolinera. Esto antes de continuar en el recorrido, porque a esas horas aún nos faltaba medio parque por ver. Las fuerzas empezaban a flaquear y nuestro cuerpo nos pedía volver al camping y meternos en la piscina, pero el deber nos decía que no nos podíamos ir de Arches sin ver el Landscape Arch, el arco más grande del mundo.
Después de la caminata final, nos volvimos al camping semi-extenuados y nos aprovechamos la ingente cantidad de cloro que le habían echado a la piscina, para meternos dentro y quitarnos toda la porquería que llevábamos encima. Puede sonar guarro, pero es que con la esponja y el jabón es imposible dejar el cuerpo con el mismo acabado que con el cloro jeje.
La piscina tenía una zona estrecha y a todo lo ancho donde dos niños jugaban tranquilamente con sus manguitos y su flotador. Javi y yo probamos a meter un pie ante tanta burbuja y ….Jakuzzi !!!! ( lo que hicimos la siguiente media hora, no es necesario explicarlo jeje )
Después de la sesión de baño y masaje, un reducido grupo formado por Jorge, Ana, Tamara y yo salimos a buscar un sitio donde comprar la comida del día siguiente. En medio del pueblo, de repente aparecieron restaurantes, bares, tiendas, etc y todas abiertas hasta después de las 21:00 !!! algo impensable en EEUU.
Reservamos mesa en un restaurante italiano y volvimos a por el resto al camping. Nos pegamos un empacho de pasta con tomate y setas ( como siempre pedimos los 8 lo mismo ). Ni nos acordábamos la úlitma vez que habíamos comido o cenado con tenedor y cuchillo